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Seguridad de los antieméticos en el embarazo

En el comienzo del embarazo, entre el primer y el segundo mes, es frecuente que las mujeres embarazadas sufran mareos y náuseas. En ocasiones, las náuseas pueden presentarse acompañadas de vómitos matutinos. Estos son síntomas comunes y a la vez muy molestos, que oscilan entre leves e intensos dependiendo de la persona, su sensibilidad y salud.

 

¿Qué son las nauseas y vómitos?

Las náuseas se pueden describir como una sensación de malestar o molestia que se tiene en la parte posterior entre la garganta y el estómago. Mientras que el vómito es un acto reflejo de compleja naturaleza, que está regulado por distintos sistemas y que puede presentarse como respuesta a diferentes estímulos tanto externos como internos. Pero lo que es cierto, sin duda alguna, es que siempre ambos fenómenos reflejan sensaciones de malestar corporal en quien los padece.

 

Causas de las nauseas y vómitos durante el embarazo

Por lo general, las náuseas y los vómitos que tienen lugar durante el embarazo se deben al propio embarazo. Pero, a veces, son consecuencia de otro tipo de trastorno que nada tiene que ver con ese estado.

Las causas más frecuentes de las náuseas y los vómitos durante el embarazo son:

  • Hormona del embarazo (Ej. BHCG)
  • Gastroenteritis (infección del tubo digestivo)

Las causas de las náuseas matutinas y de la hiperémesis gravídica (náusea muy intensas y vómitos excesivos durante el embarazo resultando en algunos casos un cuadro severo que llega a producir en la mujer deshidratación y pérdida de peso, muy peligrosos durante esta etapa) durante el embarazo, son inciertas. Sin embargo, puede ser que estos síntomas estén relacionados con un aumento de la concentración de dos hormonas producido durante este período: la gonadotropina que la placenta produce durante los primeros meses del embarazo, y los estrógenos, que contribuyen a mantener la gestación.

La concentración de estrógenos es particularmente alta en presencia de hiperémesis gravídica. Además, hormonas como la progesterona (que se produce sin interrupción durante el embarazo) pueden menguar los movimientos peristálticos, lo que también puede contribuir a provocar náuseas y vómitos.

 

Tratamiento

Al presentar cualquier síntoma de indisposición el ser humano busca solventarlo de la mejor manera posible. Primero buscando refugio en medicamentos caseros o recomendaciones de los abuelos. Es así como aparecen multitud de consejos útiles para tratar de evitar sentirse mal. Por ejemplo: un té de hierbas puede ser una buena solución para eliminar vómitos y náuseas. Mezclando una cucharadita de manzanilla, una de menta, otra de hierba gatera, un poquito de hojas de albahaca, dos semillas de hinojo trituradas y una cucharadita de mejorana logramos un compuesto que pudiera aliviar de manera natural los malestares gástricos.

Pero, sin duda, la ciencia en general y la medicina en particular se enfrentan a esas recetas caseras y buscan soluciones dentro de los fármacos recomendados por especialistas para tratar de controlar enfermedades y sanar personas de manera rápida y segura, como por ejemplo los antieméticos.

 

¿Qué son los antieméticos?

Los antieméticos son fármacos utilizados para impedir o controlar la Emesis o Vómito (expulsión violenta por la boca de lo que está contenido en el estómago), las náuseas (es la sensación de malestar en el estómago que se experimenta cuando se tienen “ganas de vomitar”) y la cinetosis (sensación de mareo ocasionada por algunos movimientos y es un malestar común entre muchas personas).​ La evacuación forzada del contenido gástrico; por lo general, está precedida por mareos, náuseas y acompañada por incontrolables arcadas.

 

Antieméticos más utilizados

Clínicamente los antieméticos más conocidos por la población y recomendados por los médicos son:

  • Metoclopramida
  • Domperidona
  • Ondansetrón (recomendado en el tratamiento de hiperémesis gravídica (afección grave con abordaje intrahospitalario) cuando el tratamiento inicial falló).

El ondasetrón se puede utilizar por vía oral o intravenosa, sin embargo, en la actualidad se dispone de tabletas de desintegración oral, la cuales al colocarse en la punta de la lengua, se desintegran en 30 segundos, sin la necesidad de líquidos, haciendo más tolerable la administración del antiemético y cuenta con la misma potencia que su administración intravenosa.

Cuando se usa para prevenir las náuseas y los vómitos causados por una intervención quirúrgica, por lo general se administra inmediatamente antes de la operación. Este medicamento algunas veces se administra también después de una intervención quirúrgica en pacientes que han experimentado náuseas y vómitos y no recibieron ondansetrón antes de la operación.

Frecuentemente las mujeres embarazadas suelen sufrir de los malestares descritos (mareos, náuseas y vómitos).  Pero al mismo tiempo se consideran una población de alto riesgo para el uso de los medicamentos mencionados. Sobre todo, de aquellos con alto contenido químico que pudieran dañar la salud de la madre o del feto.

Y aunque la incidencia de defectos congénitos en la población general es de 2 – 4 %, y menos del 1% es atribuible a medicamentos; se hace necesario, prevenir y advertir de los riesgos que pueden correr las personas sometidas a fármacos. El problema es que la mayoría de ellos representan un riesgo indeterminado, y ante las limitaciones de salud que se tienen durante el embarazo y la lactancia hay que cuidar todo aquello que se consuma.

Los medicamentos de uso gastrointestinal; por ejemplo, son fármacos ampliamente utilizados por la población en general y también durante el embarazo. Es por ello, que con regularidad se debe efectuar una revisión sobre la seguridad feto-neonatal ante el uso de antieméticos, antiácidos y cualquier otro tipo de medicamentos utilizados en tratamientos de enfermedades inflamatorias, intestinales, gástricas, etc.

 

Fuente: www.medlineplus.com

 

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