¿Tiene molestias en el estómago? ¿En algún momento ha sentido reflujo o acidez? ¿Esto le ocurre de manera puntual o habitualmente? Cuando esto se presenta, el cuerpo nos está hablando y hay que dedicarle atención, porque si no se solventa desde un primer momento, puede ser que, al final, se termine sufriendo de una gastritis o algún otro problema gastrointestinal.
El reflujo gastroesofágico es un problema muy frecuente en la población adulta, aunque puede afectar a cualquier edad y cursa normalmente con acidez, que es esa sensación de quemazón a nivel del estómago y de la zona del pecho. Se trata del regreso del contenido del estómago hacia el esófago.
Si esto se presenta frecuentemente, hablamos de enfermedad por reflujo gastroesofágico, que sería una enfermedad crónica, intermitente, de intensidad variable, en el que habrá ocasiones en las que será más intensa la sintomatología.
Se debe consultar al médico cuando los síntomas de acidez sean diarios, incluso cuando empiezan a presentarse todas las semanas (dos veces o más), y cuando se haya hecho un tratamiento, pero los síntomas persistan. El medico valorará el caso y determinará la causa, posibles complicaciones y establecerá un tratamiento oportuno.
Por qué ocurre
Esto se debe a una incompetencia del esfínter esofágico inferior. Esto es un músculo circular que está entre el esófago y el estómago y que ejerce de válvula, es decir, se relaja cuando tiene que pasar alimento hacia el estómago y luego de ello se contrae, para que no alimentos no se regresen al esófago. Si este músculo es incompetente existirá un reflujo y volverá contenido del estómago al esófago.
Este esfínter se vuelve incompetente porque hay una pérdida generalizada de su tono muscular. O también puede ser porque haya una pérdida de tono muscular o una relajación inapropiada durante el día de este tono. Esto se traduce a que no esté relacionada con la deglución, que haya momentos en los que no se esté comiendo y el músculo se relaje, entonces pueda pasar el contenido del estómago al esófago.
Los factores de riesgo del reflujo
- Aumento de presión abdominal en general. Esto puede ser por la obesidad, el embarazo, por el tipo de ropa (fajas o cinturones que estén muy apretados).
- Hernia de hiato, que en un 10% de las ocasiones está asociado al síntoma de reflujo gastroesofágico.
- Tabaco y el alcohol, que aumentan esta posibilidad del reflujo.
- Una enfermedad llamada esclerodermia, que afecta a la elasticidad de la piel.
- Alimentos como las comidas ricas en grasa.
- Bebidas como el café y el té, que pueden disminuir el tono del esfínter esofágico inferior. Igualmente, las bebidas carbonatadas y el chocolate.
- Los medicamentos, como por ejemplo, los fármacos anticolinérgicos, antihistamínicos, antidepresivos tricíclicos, los antagonistas del calcio, nitratos, progesteronas.
Síntomas del reflujo
- El más frecuente es la pirosis, que es una sensación de quemazón a nivel retroesternal (la zona del pecho), que puede ir con o sin regurgitación, es decir, que vaya el contenido del estómago hacia la boca.
- Síntomas de tipo digestivo como el hipo, los eructos y las náuseas.
- En el caso de que empeore o se complique el reflujo, puede llegar a dar odinofagia, que quiere decir dolor al tragar, o disfagia, que es dificultad al tragar.
- Se puede producir esofagitis (inflamación del esógafo) como consecuencia del paso del contenido ácido del estómago hacia el esófago. Esto se debe a que este último tiene una pared con una estructura diferente al del estómago y por tanto no puede resistir la acidez, lo que a la larga puede producir estenosis o estrechez de la luz del esófago es decir, del espacio por donde pasan los alimentos.
- Otros síntomas atípicos son aquellos relacionados con la llegada de este ácido en la parte de la garganta. Esto puede generar faringitis, que es la inflamación de la faringe, manifestada como carraspera y que a futuro puede causar afonía, disfonía o ronquera.
- Tos crónica. Además, si existiera aspiración pulmonar de este contenido ácido puede aparecer, además de la tos, sibilancias, que son ruidos respiratorios que manifiestan obstrucción.
Situaciones que empeoran los síntomas del reflujo
En primer lugar la comida, concretamente aquellas copiosas, sobre todo, si son excesivas, con mucha grasa. También si hay comidas en las que hay alimentos que pueden favorecer esta relajación del esfínter. Ejemplo de ello, las grasas como hemos dicho, las frituras, el café, el té, el chocolate. Y si se acompaña con alcohol y tabaco, esto incrementará la sintomatología.
El descanso nocturno, es decir, estar en decúbito supino, acostado boca arriba, favorece el reflujo gastroesofágico por la misma posición horizontal, es por esto que en estos casos se recomienda utilizar una almohada alta para disminuir el reflujo. Otra situación que puede empeorar los síntomas es cuando se flexiona el tronco hacia adelante.
Las complicaciones por el reflujo
La principal complicación es la esofagitis, que puede dar lugar a odinofagia y con el tiempo, puede dar lugar incluso a hemorragias digestivas.
Están las úlceras esofágicas, las estenosis esofágicas, pero sobre todo el Esófago de Barret, el cual es una lesión premaligna en donde se altera la anatomía o arquitectura de la pared del esófago y que representa un riesgo para desarrollar cáncer de esófago.
Cómo se diagnostica
Hay que decir que el diagnóstico fundamental es clínico, por los síntomas que hemos comentado anteriormente, sobre todo, el de pirosis, de acidez con o sin regurgitación, o los síntomas que haya asociados. Normalmente si se da un tratamiento antisecretor, disminuyen los síntomas o mejora mucho, o se va la sintomatología, se considera esto como un criterio diagnóstico inicial.
Ahora bien, sin la sintomatología es diaria y no mejora con el tratamiento antisecretor, entonces se ha de valorar hacer una endoscopia digestiva alta. En el caso que haya sintomatología típica y que la endoscopia salga normal, se puede hacer una phmetría que mide el ph a este nivel el cual determinará el grado de acidez. De no ser suficiente, se
puede hacer una manometría esofágica, que mide las contracciones del músculo del esófago.
Algunas recomendaciones de utilidad
En primera instancia hay que evitar todos aquellos factores de riego que pueden desencadenar el reflujo y la sintomatología de éste, mejorando los hábitos y el estilo de vida. Por un lado, debe disminuir el consumo de alimentos que tienen un efecto irritante sobre la mucosa gástrica.
En ese sentido, las comidas copiosas, sobre todo, aquellas que son grasas, las frituras, las salsas. También el consumo de café, té, chocolate, la menta, los cítricos, los ácidos y los picantes, por ejemplo.
Es importante reducir o eliminar el consumo de tabaco y alcohol, no usar prendas ajustadas. Es fundamental el ejercicio físico regular, unos 30 minutos de ejercicio aeróbico al menos 5 días por semana.
Evitar acostarse después de las comidas, por lo menos hasta que hayan pasado más de hora y media desde la ingesta. Eso sí, dormir de lado, o utilizar una almohada alta si se duermo boca arriba para garantizar una altura de 15-20 cm.
Los medicamentos que se utilizan para tratar el reflujo gastroesofágico y así poder eliminar o disminuir la sintomatología de acidez están: los inhibidores de la bomba de protones. La pastilla se utiliza una vez al día, 30 minutos antes del desayuno. Hay casos que se emplean dos veces al día si es necesario.
Están los antiácidos y medicamentos más antiguos como los antagonistas del H2. A veces también se utilizan unos fármacos que se llaman procinéticos, que se toman 30 minutos antes de las comidas, sin embargo son menos eficaces.
Pero tenga presente siempre que, estos medicamentos los debe recetar el médico, de referencia que tenga cado uno.