La vitamina D es una sustancia orgánica muy importante para los seres humanos, ya que garantiza un adecuado aprovechamiento del calcio que ingerimos, contribuyendo a tener huesos fuertes y saludables.
También es un factor fundamental para garantizar que los músculos, el corazón, los pulmones y el cerebro funcionen bien y que el cuerpo pueda combatir las infecciones.
Nuestro cuerpo puede producir su propia vitamina D en la piel, cuando ésta recibe luz solar. También la pueden obtener en pequeñas cantidades de algunos alimentos y a partir de suplementos.
¿Qué hace la vitamina D?
La vitamina D se considera un elemento esencial para la buena salud. El calcio y el fósforo son indispensables para desarrollar la estructura y la fuerza de los huesos, y se necesita vitamina D para absorber estos minerales.
Incluso si se consumen alimentos que contienen una gran cantidad de calcio y fósforo, si no hay suficiente vitamina D, la absorción y utilización de los mismos es menor.
La vitamina D es muy importante para mantener una adecuada salud en general, más allá de la condición de los huesos, y debemos garantizar un óptimo aporte de la misma a nuestro organismo, bien a través de la exposición a la luz solar, con precaución.
A través de una adecuación en la ingesta, con alimentos ricos en vitamina D (los pescados grasos como el salmón, el atún, la trucha, la caballa y las sardinas, además del aceite de hígado de bacalao. Otras fuentes naturales incluyen cantidades menores en la yema de huevo y en el hígado de res) o suplementos.
Suplementos de vitamina D, un eficaz recurso terapéutico
A diferencia de, por ejemplo, la vitamina C, es difícil obtener suficiente vitamina D solo a través de la dieta. Y si bien nuestro cuerpo puede producir vitamina D con la exposición a la luz ultravioleta del sol (vitamina del sol), nuestro estilo de vida en espacios interiores y el uso de protector solar limitan nuestra producción personal de vitamina D.
Los suplementos se vuelven una alternativa segura y efectiva para garantizar niveles óptimos en la sangre, especialmente en personas con baja exposición al sol, piel oscura, ciertas afecciones médicas o edad avanzada.
Una ingesta insuficiente de vitamina D en la infancia, y quizás incluso después, puede aumentar el riesgo de difícil control de enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple e incluso enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
La vitamina D está representada por dos compuestos liposolubles: vitamina D₃ o colecalciferol y la vitamina D₂ o ergocalciferol.
Suplementos complementarios
El colecalciferol, como también se conoce a la vitamina D3, se usa igualmente como suplemento dietético cuando la cantidad de vitamina D en la dieta no es suficiente.
Las personas con mayor riesgo de deficiencia son las personas mayores, los bebés lactantes, las personas de piel oscura o con obesidad, así como aquellas que viven con exposición limitada al sol o padecen enfermedades gastrointestinales que impiden la absorción de micronutrientes.
El colecalciferol es necesario para que el cuerpo tenga huesos y músculos saludables, así como un sistema inmunitario fuerte. Su acción consiste en ayudar al cuerpo a absorber más del calcio que se encuentra en los alimentos o suplementos.
Tomar un suplemento con vitamina D puede ayudar a mejorar la salud ósea. La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 400 unidades internacionales (UI) para los niños de hasta 12 meses, 600 UI para personas de 1 a 70 años y 800 para mayores de 70 años, considerando que aquellas personas que tengan factores de riesgo para deficiencia o insuficiencia vitamina D, van a requerir dosis mayores.
Como ya hemos visto, sin vitamina D los huesos pueden volverse blandos, delgados y frágiles. Una cantidad insuficiente de este nutriente también está asociada con la osteoporosis.
Si no se obtiene una cantidad adecuada, proveniente del sol o de fuentes alimentarias, habría que recurrir también a los suplementos de vitamina D.
Hay que decir que, tomada en dosis adecuadas, la vitamina D se suele considerar segura. Sin embargo, cuando se trata de estos suplementos, tomados a la ligera, en exceso y sin la asesoría o tratamiento por parte de un médico, pueden ocasionar afecciones en el organismo.
La deficiencia de vitamina D
Existen pocos alimentos que son ricos en vitamina D y, además de ello, un grupo apreciable de personas carece de la suficiente exposición al sol para producir una cantidad de vitamina D adecuada.
La deficiencia de vitamina D impacta principalmente la salud ósea, siendo la causa directa de enfermedades como el raquitismo en niños, que provoca el ablandamiento, debilitamiento y deformación de los huesos, y la osteomalacia en adultos, caracterizada por huesos débiles y dolorosos junto con debilidad muscular.
Una deficiencia menos severa, pero crónica, también contribuye a la pérdida de densidad ósea y al desarrollo de osteoporosis, aumentando significativamente el riesgo de fracturas.
Adicionalmente, la carencia de esta vitamina se asocia a síntomas como dolor muscular, fatiga y un sistema inmunitario debilitado, incrementando la susceptibilidad a infecciones.
Ahora bien, dicha deficiencia es muy común. Los suplementos son muy frecuentes y tanto la vitamina D2 como la vitamina D3 se pueden tomar en forma de suplementos.
La vitamina D3 se produce en respuesta a la exposición al sol y se encuentra en productos animales, mientras que la D2 se produce en las plantas.
Se ha comprobado que la vitamina D3 aumenta los niveles en sangre significativamente más que la D2. En ese sentido, los estudios han demostrado que cada 100 UI adicionales de vitamina D3 que se consuma al día elevará los niveles de vitamina D en sangre en 1 ng/ml (2.5 nmol/l), en promedio, destaca The National Institutes of Health (NIH).
Toxicidad o hipervitaminosis
La toxicidad de la vitamina D, también llamada hipervitaminosis D, es una afección poco frecuente, pero potencialmente grave, que se produce cuando se tienen cantidades excesivas de vitamina D en el cuerpo.
Según especialistas de la Clínica Mayo, “suele causarla grandes dosis de suplementos de vitamina D, no por la alimentación ni la exposición al sol.” Esto se debe a que el cuerpo regula la cantidad de vitamina D producida por la exposición al sol, e incluso los alimentos fortificados no contienen grandes cantidades de esta vitamina.
La principal consecuencia de la toxicidad es la acumulación de calcio en la sangre (hipercalcemia), que puede causar náuseas y vómitos, debilidad y micción frecuente. La toxicidad de la vitamina D puede derivar en dolor de huesos y problemas renales, como la formación de cálculos de calcio.
El tratamiento incluye detener la ingesta de vitamina D y restringir el consumo de calcio en la alimentación. El médico también podría recetar líquidos y medicamentos intravenosos.
Utilizando ejemplos concretos, destacan que “se ha demostrado que tomar 60.000 UI al día de vitamina D durante varios meses causa toxicidad. Este nivel es muchas veces más alto que el consumo diario recomendado por los Estados Unidos para la mayoría de las personas adultas de 600 unidades internacionales de vitamina D al día”, precisa Clínica Mayo.
No obstante, a veces se utilizan dosis más altas que el consumo diario recomendado para tratar problemas médicos como la deficiencia de vitamina D, pero estas se administran solo con la supervisión de un médico durante un período determinado. Se deben controlar los niveles en sangre cuando una persona está tomando dosis altas de vitamina D.
Y como siempre, hay que consultar a un especialista médico a la hora de tomar este o cualquier suplemento de vitaminas y minerales.
Efectos de la toxicidad de la vitamina D
La vitamina D es importante para la salud. La vitamina D interviene en la absorción del calcio en el tubo digestivo. Adicionalmente, mejora la función inmunológica, protege los huesos, potencia el músculo esquelético y mejora la salud cardiovascular.
Esta vitamina se puede obtener de dos formas. Una es la biosíntesis endógena, es decir, que la fabrica el mismo organismo. Y se dice que es la vitamina del sol porque para que la persona la pueda producir en la piel –es donde se produce- se necesita exposición solar.
La segunda fuente son los alimentos. Hay muy pocos o una variedad bastante restringida que contiene una buena cantidad de vitamina D.
Se dice que hay una insuficiencia de vitamina D cuando los niveles están por debajo de 30 ng/ml, mientras que, se tiene una toxicidad, es decir, valores anormalmente altos y potencialmente peligrosos, cuando se tiene 150 ng/ml o más, según destaca National Institutes of Health.
Hay que reconocer que dicha toxicidad no es nada frecuente, es decir, es muy difícil intoxicarse con vitamina D. Sin embargo, esto no quiere decir que sea imposible.
No es posible intoxicarse con vitamina D, o al menos no está descrito en la literatura científica, únicamente tomando alimentos ricos en ella o exponiéndose al sol.
Cuál es la forma de intoxicarse con vitamina D
Normalmente esto ocurre por errores en la dosificación de suplementos. Lo más frecuente es tomar mal un suplemento de vitamina D que le prescribe el doctor.
Por ejemplo, si se le dice que se va a tomar una cápsula blanda cada 15 días, y la persona, por algún descuido, se toma esa dosis todos los días, en vez de cada dos semanas, pues esto generará que a lo largo del tiempo pueda desarrollar intoxicación por vitamina D.
O también que las preparaciones en megadosis se administren diariamente, cuando debería ser una vez al mes o cada dos meses.
Las cantidades de vitamina D por día recomendadas son:
- Bebés hasta los 12 meses: 10 mcg o 400 UI.
- Niños de 1 a 13 años: 15 mcg o 600 UI.
- Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg o 600 UI.
- Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg o 600 UI.
- Adultos mayores de 71 años: 20 mcg o 800 UI.
- Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg o 600 UI.
Consecuencias de unos niveles altos de vitamina D
Hipercalcemia
Los niveles altos de vitamina D pueden conducir a la hipercalcemia. La vitamina D interviene en la absorción del calcio, hace que éste se absorba con más facilidad. Los niveles de calcio en un organismo normal oscilan entre 8,5 y 10 mg/dl. Cuando hay hipercalcemia, los valores de calcio están por encima de 10,5.
Los síntomas de hipercalcemia son:
- Vómitos y náuseas (síntomas digestivos).
- Astenia o un cansancio muy intenso.
- Confusión, letargia.
- Latidos cardíacos anormales
- Convulsiones
Náuseas, vómitos e hiporexia
La segunda consecuencia de los niveles de vitamina D peligrosamente altos son las náuseas, los vómitos y la hiporexia, un trastorno alimenticio que consiste en la pérdida gradual del apetito. Son síntomas digestivos que predominan o son muy frecuentes.
Diarrea / Estreñimiento
Otra de las cosas que ocurren es la diarrea o el estreñimiento. Esto, sobre todo, suele ocurrir en niños. Es frecuente que un niño que tiene una toxicidad por vitamina llegue a la emergencia, porque de repente tiene diarrea incontrolable o, al revés, tiene estreñimiento.
Es importante saber
Ahora bien, cuando ocurre toxicidad, el médico recetará un tratamiento. Este incluye, entre otras cosas, detener la ingesta de vitamina D y restringir el consumo de calcio en la alimentación. También podría recetar líquidos y medicamentos intravenosos.
Utilizando ejemplos concretos, la Clínica Mayo precisa que “se ha demostrado que tomar 60.000 UI al día de vitamina D durante varios meses causa toxicidad”. Este nivel es muchas veces más alto que el consumo diario recomendado en los Estados Unidos para la mayoría de las personas adultas, que es de 600 unidades internacionales de vitamina D al día”.
En conclusión, lo primero que hay que cuidar son las fuentes de vitamina D para que sean fuentes fiables. También hay que tener clara la dosis a consumir. Si existen dudas, es preferible consultar con su médico.
Tomar un suplemento con vitamina D puede ayudar a mejorar la salud ósea. La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 400 unidades internacionales (UI) para los niños de hasta 12 meses, 600 UI para personas de 1 a 70 años y 800 UI para mayores de 70 años, considerando que aquellas personas que tengan factores de riesgo para vitamina D, van a requerir dosis mayores.